Violencia y agresividad

Por Oriol Petit

La amígdala, el ‘monstruo’ indomable del cerebro y que es el horno de los instintos, es mayor en los hombres y es controlada por el córtex prefrontal que madura de uno a dos años antes en las mujeres y es mayor en ellas. Hay otros elementos importantes en esas diferencias entre cerebros, como son las hormonas. La hormona testosterona es predominante en el hombre y es la encargada del vigor, la agresividad, la insensibilidad, la energía, frente al estrógemo de la mujer; que tiene muy buenas migas con aquello que hace que el cerebro se apacigue y se sienta bien; es decir con las dopaminas, oxitocinas… y todo aquello que seda y calma.

Violencia, agresividad, violencia de género, criminalidad; su génesis, su origen, son elementos todos ellos que nos pueden hacer entender un poco más sobre este mundo tan complejo. Una de las conclusiones a las que se está llegando también, es que por lo que parece, el crimen no es monopolio de ninguna clase social igual que tampoco el de los malos tratos. Aunque, de nuevo, las estadísticas marquen que los crímenes con más violencia, se ejercen en las ciudades y desde las zonas más deprimidas, los informes de autodenuncia indican que también las leyes son vulneradas por las clases medias y alta. Un sinfín de preguntas quedan aún por responder y estudiar.

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