Maestros instructores y compartidores de ocurrencias

Por SGM Ángel García-Soldado

A veces te puedes llevar más de una decepción con alguno de aquellos que hasta el momento has considerado poco menos que un hijo. Alguien me habló en cierta ocasión acerca de lo duro y a veces poco gratificante que puede resultar dedicarse a esto de la enseñanza, y es que no es lo mismo dedicarle unas horas a la semana como complemento a una actividad profesional y por supuesto a las obligaciones familiares y a una vida social activa, que hacerlo prácticamente “full time” dejando atrás tu trabajo, robándole tiempo a tu familia y a su bienestar e incluso poniendo en riesgo tu patrimonio, y todo para dedicarte en cuerpo y alma a enseñar no ya solo un sistema de combate, sino una forma de vida, un camino de superación personal o una filosofía de vida enriquecedora. Evidentemente no estoy hablando de esos mercachifles que denigran las AAMM con sus compras y ventas de grados a golpe de talonario, su sistema piramidal que enseñan verdaderas patrañas y aberraciones que no se mantienen en pie, o modismos según marque la actualidad cinematográfica y youtubera. Quizá estos tipos/as no han tenido nunca la enorme satisfacción de arrodillarse ante unos niños/as de 4 años para ayudarles a anudarse su cinturón por primera vez y de ver como esos niños/as evolucionan día a día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, para que un buen día y casi sin darte cuenta le estas otorgando su cinturón negro y con un poco de suerte y si mil contratiempos no lo impiden ahí seguirá por muchos años hasta convertirse en alguien imprescindible para que la tradición junto a la evolución del arte continúen su curso natural. Sin embargo y como si de una ley de Murphy no escrita se tratara, de vez en cuando a cualquier maestro que se precie le sale un niño Dios, si bien, y aunque alguien tuvo la feliz “ocurrencia” de decir que la meta de todo maestro es verse superado por el alumno, lo que no es de recibo es que este pise la cabeza del maestro para pasar por encima de él, algo que por desgracia en estos tiempos que nos han tocado vivir sucede con mas frecuencia de la deseable… (artículo entero en la revista).

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