Por Jonathan Mendoza Psicólogo Deportivo
“No debemos olvidar que de la emoción nace la motivación, el motor de la consecución de objetivos”
La Inteligencia emocional es la capacidad que tenemos los seres humanos para conocer, comprender y manejar nuestras emociones y las de los demás. Las emociones son grandes condicionantes de nuestra vida y del modo en que competimos o entrenamos, por eso es tan importante aprender a manifestar nuestras emociones de forma adecuada, así como entender las de los demás.
En los gimnasios o centros deportivos se entrena en muchos campos: técnica, táctica, preparación física, incluso en psicología deportiva, pero histórica- mente se ha dejado a un lado el trabajo de la Inteligencia Emocional.
La identificación y el manejo de sus propias emociones es fundamental para su éxito en la vida y su futuro y, hasta hace bien poco, no se le prestaba la atención que dada su importancia merece.
Para los deportistas, en mayor o menor medida, cualquier aprendizaje supone un esfuerzo. Adquirir nuevos conocimientos y habilidades de mayor dificultad siempre generará cierta tensión y frustración inicial. Los atletas que no sepan manejar este tipo de emociones pueden resistirse a intentar actividades nuevas por temor al fracaso. También, la capacidad de manejar las emociones influye mucho a la hora de llevarse bien con el entrenador, trabajar en equipo o resolver un conflicto.
A veces a todos nos resulta difícil manejar nuestras emociones según el momento, a los deportistas les resulta aún más complicado porque se enfrentan a situaciones de mucha presión, donde hay que dar lo máximo en situaciones de gran dificultad. Aquí reside la importancia del entrenamiento de la Inteligencia Emocional. Hay deportistas que reaccionan de forma agresiva y hostil constantemente, con los que no se puede negociar y a los que no puede negársele nada. Esta forma de manejar sus emociones les supondrá una barrera, ya que le van a limitar su relación e integración en el grupo de iguales.
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