El último dragón

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EL TAIJIQUAN DEL MAESTRO CHEN
Al parecer, el futuro de Feng Zhiqiang preocupaba al maestro Hu.Quizá pensó que le hacía falta completar su entrenamiento utilizando otra perspectiva; puede que intuyese que el chico tenía potencial como para crear un arte marcial nuevo, o a lo mejor quería evitar que siguiese peleándose. Sea como sea, Hu pensaba que el estilo Chen de Taijiquan compartía muchos puntos en común con el Xinyi quan que él enseñaba. Por lo tanto, recomendó a su alumno a que fuese a presentar sus respetos a los pies del maestro Chen Fake, para convertirse en discípulo suyo, aprovechando que era amigo personal de Hu, y vivía en Beijing.

Chen Fake (1887–1957), maestro de la decimoséptima generación deexpertos de Taijiquan de la familia Chen, del pueblo de Chenjiagou, (Henan), era conocido como “el único en el Taiji”. Feng estaba contento, porque su sueño de aprender bajo la tutela de los dos mayores expertos en estilos internos de la capital iba a verse cumplido. Pero ser discípulo de dos maestros a la vez era algo totalmente prohibido por la tradición de “un solo maestro para toda la vida”, que es sin duda una de las grandes maldiciones de las artes marciales chinas, responsable de luchas internas, luchas entre facciones, extinción de muchas escuelas valiosas y de maquiavélicas políticas destinadas a hinchar los “linajes” y los árboles genealógicos de los practicantes. Hu le explicó que no debería preocuparse: “El Taiji y el Xinyi forman parte de una sola familia” dijo.

El maestro Chen Fake mostró la misma comprensión, y en vez de rechazar al alumno de Hu, aceptó el gesto solemne de su amigo y abrió las puertas del Taijiquan a Feng para que completase su entrenamiento. Chen se convirtió así, en el cuarto maestro de Feng Zhiqiang. El trabajo con dos maestros, lejos de acobardar a Feng Zhiqiang, le sirvió de aliciente para practicar todavía con más intensidad. Habiendo encontrado un trabajo, su tiempo ahora tenía que dividirse entre el entrenamiento y la fábrica. Se las arregló para practicar siete horas al día, desde las cuatro de la mañana hasta las once.

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