
Por Santos Nalda
5o Dan de Aikido, Maestro Nacional Especialista y 1o Dan de Judo
Una gran mayoría de practicantes creen que existen “secretos” que multiplican la eficacia de las técnicas, que quisieran descubrir o que alguien se los revelase… pero la realidad es que los verdaderos secretos se encuentran en el buen conocimiento del cuerpo y de la mente, y no en toques o gestos “mágicos”. Vamos a exponer algu- nos de ellos, tan sencillos como fundamentales, para lograr la tan ansiada eficacia.
Las disciplinas modernas del Budo, herederas del saber milenario del Bu-jutsu, siguen transmitiendo y en- señando la gran importancia que tiene conseguir desequilibrar y mantener en desequilibrio al adversario en el transcurso de un combate.
Una persona sólo puede disponer de todos sus recursos de acción cuando está o mantiene el equilibrio corporal, mental y anímico, ya sea en la práctica de las artes marciales, o en cualquier otra situación de la vida.
Una persona que ha perdido el equilibrio corporal, mental o anímico, es vulnerable en extremo a cualquier intención o acto dirigido contra ella.
Para enfrentarse con total disponibilidad de los propios recursos frente a situaciones adversas, es funda- mental e imprescindible conservar el equilibrio corporal, mental y emocional o anímico.
Reacciones instintivas prioritarias
Frente a lo imprevisto, la amenaza o el peligro, el ser humano puede reaccionar de manera instintiva o reflexiva, pero en ambos casos el “gen de supervivencia” establece unas prioridades de intervención que son:
1.- Mantener o recuperar el equilibrio perdido (corporal, mental o anímico).
2.- Huir, escapar de ese peligro o amenaza. 3.- Resistir, oponerse, luchar.
3.- Resistir, oponerse, luchar.
“Una persona sólo puede disponer de todos sus recursos de acción cuando está o mantiene el equilibrio corporal, mental y anímico, ya sea en la práctica de las artes marciales, o en cualquier otra situación de la vida”
Cuando el individuo pierde el equilibrio por accidente o provocado por otra persona, su capacidad de razonar se bloquea, y su voluntad e intención queda encadenada al deseo de recuperar la estabilidad, lo demás no cuenta ni se percibe, porque sólo desde la estabilidad se puede huir o resistir (supervivencia).
En Aikido, cuando Uke bien equilibrado apresa a Tori, toda su atención está focalizada en su intención de su- jetar y no dejarle escapar, pero si Tori consigue crear el desequilibrio corporal de Uke, éste abandonará la aten- ción y la fuerza de su presa para centrarla en el deseo de recuperar la estabilidad.
La misma función cumple el atemi o el kiai para dis- traer la atención de Uke en sus agarres, aflojar la presa y facilitar la rotura de su estabilidad.
Tori no puede lograr la máxima eficacia en sus accio- nes si no consigue permanecer y conservar una buena estabilidad.
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