Por Jonathan Mendoza
El psicólogo no está por encima del entrenador ni debe actuar de forma aislada, sino que debe integrarse en el grupo de trabajo liderado por el entrenador.
Las sesiones de trabajo psicológico se desarrollan tanto a nivel teórico como práctico, es decir, hay que enseñar algún concepto teórico porque es necesario que el deportista adquiera y tome conciencia de as- pectos psicológicos que influyen en el rendimiento y posteriormente entrenarlo, trabajarlo y desarrollarlo de forma práctica como si de una habilidad motora se tratase. Las habilidades psicológicas básicas no son una varita mágica, no existen consejos de película que de repente doten al deportista de una confianza y concentración máximas sino que son habilidades que se deben enseñar y fundamentalmente entrenar. Por ejemplo, si no trabajo las técnicas de respiración no sabré controlar mi nivel de activación antes de una cita deportiva exigente ya que dichas técnicas implican el uso del diafragma, y como cualquier músculo, cuanto más ejercitado mejor funciona. Al igual que el trabajo físico: 1o el trabajo psicológico deportivo requiere per- sonalización y adaptación y seguir principios del entre- namiento como el de individualización, adaptación y variación; 2o Requiere entrenamiento y repetición para adquirirse y automatizarse.
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