
Por Cristina Martín
No depende de uno sólo, pero tampoco puede ser una excusa para no entrenar. La motivación interna es la que pone en marcha al individuo, pero es el hábito y la disciplina el que hace al capoeirista. Lo importante es entrenar a pesar de que las circunstancias no sean las mejores, porque el propio ecosistema vuelve al equilibrio.
La situación familiar y personal del capoeirista, disponibilidad horaria, ubicación geográfica etc., también afecta a la manera en cómo se relaciona con el grupo, en la energía proyectada y en la transmisión de los co- nocimientos de Capoeira.
Hay grupos que cuidan mucho las relaciones que se crean al interno de éste y por lo tanto se da un clima que es más que bueno y que crea una cadena de motivación: unos animan a otros, y las ganas de aprender se multiplican y hasta mejoran las destrezas. Ésta es una de las facetas que los Mestres y profesores más orgu- llosos se sienten: del equilibrio del ecosistema, la aportación individual de cada uno, la fuerza grupal motivadora, que ellos al fin y al cabo también definen como enseñanzas de Capoeira.
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