El concepto de belleza en Bruce Lee

Por Toni Giménez

De una manera consciente o no, Bruce Lee transmitía belleza. Lo podemos ver en sus movimientos, en su forma de vestir, en su sonrisa, en su vocabulario, tanto técnico como filosófico; en su imagen externa: cara y cuerpo. Cuando hablo de belleza, me refiero a mostrar elegancia, equilibrio, armonía, orden. Nada falta ni nada sobra, parece como si todo encajara perfectamente y demuestra su gran capacidad de comunicación.

Belleza en el movimiento: euritmia (el movimiento correcto del cuerpo), belleza en la comunicación del lenguaje no verbal, a través del cuerpo: kinesia (estudio del lenguaje corporal), belleza de la expresión facial: lenguaje (simbólico y directo), belleza de cuerpo: proporciones perfectas (como en el mundo de la danza y de la gimnasia), belleza en la forma de vestir: elegancia (fijaos en las fotografías y en las películas). Todo le sienta bien, desde los trajes de americana y corbata a los vestidos orientales, pasando por camisas, camisetas o el famoso mono amarillo que utilizó en Game of Death (Juego con la muerte).

La belleza, entendida como orden y ritmo interno, nos conecta con lo eterno. Bruce es un ser de belleza que transmite dominio, orden, pulcritud y estética. Belleza corporal, sin mucha masa muscular, que busca la perfección y la medida exacta. Un músculo de músculos. Su mirada es bella incluso en los momentos en que muestra rabia interior. Es una mirada que penetra, que va más allá de lo externo, una mirada que apunta al interior a la vez que al infinito. La belleza se une a la filosofía. Creo que a medida que Bruce aumentaba de edad, aumentaba su belleza y estoy convencido que toda esta estética procedía de su interior, de su deseo de perfección y armonía.

Podemos contemplar a Bruce como un gimnasta: perfección de medidas, de grasa, de músculo, de piel tensada. Incluso estaba por encima de la altura media de un hombre chino de su época, esto también lo dis- tingue y lo diferencia. Era un lord del movimiento. Michael Flatley, considerado el lord de la danza (en especial de la danza de procedencia irlandesa) hubiera congeniado a la perfección con Bruce, pues ambos buscan la perfección y la estética del movimiento a través del ritmo musical. Bruce, que era un excelente bailarín, hubiera fusionado artes marciales y danza (ya se hace actualmente). Tenía un perfecto dominio de ambas y con su deseo de que las artes marciales no fueran para competir, sino para mostrar, hubiera encontrado un sinfín de posibilidades nuevas a partir de la danza, la gimnasia e incluso del contorsionismo y otras artes circenses, desgraciadamente tan desprestigiadas.

El BUDOKA 2.0

« Volver atrás

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.