Por Víctor Fernández
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Algunos llaman a Reiki, “el Chikung del vago”, por sus rápidos resultados iniciales, en si Reiki consigue activar y poner a punto toda la estructura energética del practicante, pero después se necesita entrenamiento para mantenerla y mejorar constantemente.
Personalmente no encuentro diferencias entre cuando estoy practicando Reikijutsu, de cuando realizo una forma de Taichi Chuan, un ejercicio de Chikung o una aplicación de Krav Magá, pues en todos los casos la energía se manifiesta a través de mi cuerpo/mente/corazón y la calidad y eficacia de la práctica dependen tan solo del entrenamiento y el enfoque personal que cada uno tiene y sus objetivos.
Considero que Reiki, tanto su versión terapéutica como su versión marcial, es un arte aún por descubrir y desarrollar pero que nos ofrece grandes posibilidades para seguir aprendiendo, recuperar la esencia espiritual de nuestras artes marciales y los antiguos secretos del trabajo interior, lo cual nos aportará beneficios a nivel mental/emocional hasta alcanzar el estado de Satori, así como un cuerpo sano, fuerte y relajado al mismo tiempo.